Para la mayoría de las personas te volviste loca, les cuentas que correrás un gran fondo de 168 kms, y te preguntan ¿Porqué?, en tu corazón sabes la respuesta, sabes que en esa distancia vivirás todas las emociones posibles, sin embargo luego de llegar a la meta tu vida cambiará y te convertirás en una mujer más fuerte, capaz de realizar lo imposible. Conoce el relato de Carolina Ruz sobre su experiencia en el Giro del Lago 2020.
El Sábado 14 de marzo se corrió el Giro del Lago, una carrera de 2 distancias, que consistía en dar la vuelta al Lago Llanquihue en el Sur de Chile de 168 Km y la otra, el medio desafío, 80Km desde Puerto Octay a Puerto Varas. Para mí, era un «Gran Paseo», me había enfocado en poder participar en este desafío, la preparación comenzó varios meses antes, la idea era poder terminar digna, pero previo a la fecha de competencia, 2 semanas aproximadamente tenía mucho demasiado trabajo y eso significó cansancio y menos bicicleta casi nada en realidad, esto me tenían nerviosa ya que comenzaron las dudas por la falta de entrenamiento.

Llegando a Puerto Varas con una lluvia torrencial, comenzamos con los nervios por el clima. En mi cabeza me cuestionaba; ¡no traje cubre zapato!, ¡no traje nada de lluvia!. La preocupación aumentó, el pavimento estaba como jabón para nuestras rutera, al pasar la tarde menos mal el clima mejoró.
El día de la carrera
Día de carrera, mi segundo Gran Fondo de ruta, metalizada a lo que iba, la bici ya estaba chequeada del día anterior, llegamos tarde a largar, no pude hacer la típica foto previa a la partida, ni la última ida al baño de nervios.
«Partida controlada» que ni tan controlada fue, la organización y coordinación a mi gusto fue un lujo, en el tramo por la ruta 5 hubo harto frenazo, varios pinchados y la carrera aún no comenzaba, se venía una complicada carrera, apareció mi hermano que me tiró un tramo, después nos ibamos colgando de distintas ruedas, todos muy amables en ese aspecto.

Es difícil resumir los 168 Km en un par de líneas, pero puedo decir que el clima, el paisaje y la organización fue excelente. Un día soleado, un paisaje que daban ganas de detenerse en cada punto a tomarse una foto, buenos puestos de abastecimientos y planos eternos con viento en contra fueron maravillosos.
El tramo de Ensenada a Puerto Varas, que ya era lo último, para mí fue el más pesado, ya llevábamos 120 Km en el cuerpo, se me acabó la energía, el petróleo, el gas y todo lo demás, así que tuve que bajar revoluciones, eran puros repechos, en el pelotón que venía éramos pocos los que tirábamos y el resto guardándose sin querer apoyar, es parte del juego, con mi compañera de ruta nos apoyamos casi toda la carrera, en algunas partes sólo ibamos las dos, solas contra el bendito viento del sur.
En unos metros más apareció un milagroso letrero de 10k, nos volvió el alma al cuerpo, luego el de 5k gritamos de emoción, mi compañera me dijo «Caro voy a llorar» jajajaja embalamos los últimos 5 metros, rebosantes de felicidad y euforia. El cansancio no daba para más, feliz de haber cumplido el objetivo.
El físico, es importantísimo para este tipo de carreras, pero creo que la cabeza lo es aún más.
Definitivamente volveré en noviembre y espero mejorar mi tiempo, es un desafío que vale la pena correr.

Carolina Ruz | Embajadora de Galibier – Specialized | @caroruzf
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