Camila Caniumil es una de las pocas fotógrafas deportivas en el mundo del MTB. Tras 10 años de experiencia en la industria, relata su historia y cuenta por lo que ha tenido que pasar hasta llegar a ser reconocida como una de las mejores exponentes, y cómo ha abierto paso a nuevas generaciones. Conoce su historia acá.
Cursaba tercero medio cuando la semillita de la fotografía daba las primeras señales que estaba dentro de mí. Recuerdo que me gustaba hacer rectángulos con mis manos y señalar lo que era mi toma, en películas que veíamos en electivos humanistas. Desde ahí me atreví a mostrar mi mundo mediante una cámara compacta que teníamos con mi familia. Aunque mis reales acercamientos partieron muchos años atrás, con la cámara Zenit xp12 de mi papá… Ese tanque ruso era tan entretenido de mirar que aunque no hubiera rollo en la cámara, siempre sentía que hacía fotos.
En esos años comencé a cuestionarme qué debía ser para el resto de mi vida, así que deambulaba entre las ideas de psicología y/o fotografía.
Me permití escuchar opiniones de todos los que me rodeaban y casi la mayoría, apostaba que mi futuro seguro sería a través de la psicología, pues era un trabajo serio mientras que la fotografía la planteaban como un “hobbie”. Y bueno, como era una adolescente rebelde, la decisión era más que obvia… No iba a quedarme en las limitaciones de “la mayoría”, así que aposté por aquel nombrado pasatiempo.
Sin embargo, para hacer esto con bombos y platillos, necesitaba el apoyo de mis padres. Así que los últimos meses que me quedaban de 4to medio, debí hacer camino y llegó justo una oportunidad… En el ramo de filosofía debíamos realizar un ensayo sobre problemáticas sociales, y como ya era la fotógrafa de mi curso y tenía el don del habla, el profesor me permitió hacerlo agregando mis fotografías, que en aquel tiempo se basaban en las marchas estudiantiles. Así fue como esto escaló y en un congreso filosófico que hicieron en una universidad, hice una mini exposición de mis fotografías. Ese día al llegar a mi casa y ver mis imágenes en grande, mis padres soltaron sus miedos, esbozaron la sonrisa tan anhelada y dejaron libres mis alas para volar con mi propia dirección.

Año 2011 probando la cámara análoga de una amiga
Mi vuelo comenzó en marzo de 2012, y la carrera de Fotografía Periodística y Publicitaria ya estaba en mis manos; por lo que mis ganas estaban en aprenderlo todo, aunque para ser sincera tenía miedo de no entender nada. Pero para empezar fuimos desde lo más básico con un hermoso ramo de laboratorio que nos llevó desde la cámara estenopeica, hasta revelar nuestros rollos en blanco y negro y ampliarlos, porque la fotografía no parte en la era digital.

Ampliación del positivo realizado con cámara estenopeica
En paralelo, comenzamos con los ramos de especialidad, periodismo y publicidad, que eran los siguientes caminos para elegir el futuro y en mi caso, la idea estaba muy marcada. Después de ver muchos documentales sociales y películas como “The Bang Bang Club”, mi futuro iba derecho a la idea de ser reportera de guerra. Me gustaba la política, no tenía mucho miedo al caos y me sentía atraída por contar las vivencias terribles de la guerra, desde una mirada femenina. Mi mayor sueño era ganar un Pulitzer y ver mis imágenes en la World Press; pero el futuro me tenía otro camino.

Crédito: Claudio Olguín

Primer trabajo análogo digitalizado
Estudiando conocí a Claudio Olguín y como una buena guarnición, el mundo de la bici venía a su lado. Tan pronto como nos pusimos a pololear fui conociendo lo que era el descenso nacional y con ello a convivir con una vida outdoor, lo que era algo lejano para mi vida citadina. Debí aprender a caminar en el cerro con clases flash mientras hacíamos fotografías, también a capturar la acción precisa y tener los sentidos despiertos por lo que sucedía a mi alrededor. Simultáneamente fuimos desarrollando la idea de potenciarnos y en cada actividad que hacíamos, estaba la “foto del día”. Sin duda esta forma de crear, nos ayudó mutuamente a no tener un límite de aprendizaje y a crecer en conjunto.

Carrera de descenso Rojo Racing Team – Valle Nevado

Carrera AQ-Brothers, cerro 26 La Florida | Crédito: Claudio Olguín
Mis primeras carreras pagadas partieron con Claudio, que cedió una parte de su trabajo para que yo estuviera ahí. Él no necesitaba acompañante pero le gustaba compartir conmigo ese espacio y eso contribuyó sin duda, a dar a conocer mi nombre poco a poco. Partimos con el descenso nacional para continuar con el Open Shimano en Argentina; desde ahí nos movimos al enduro, aunque yo llegué muchísimo después, ya que era un deporte que requería mayor movimiento en el cerro y yo recién estaba en el trekking. Pero todo a su tiempo y lo logré, así que desde ahí comenzamos a trabajar en la página europea MTBMAG y escribíamos race report de las carreras de MTB en general.

Crédito: Claudio Olguín


Carrera IXS Dh – Circuito Cerro Catedral | Corredor: Jeronimo Páez
Los años me fueron integrando muy bien al mundo de las bicis y yo me fui acoplando con el tiempo, por lo que le tomé el gusto. Hice un grupo de amigas en el enduro y leía un respaldo en redes sociales sobre mi trabajo, esto no era menor pues era la única fotógrafa profesional y todo la escena estaba dominada por hombres. Mi comparación directa era mi propio novio, así que siempre debía elevar mi nivel. En un momento los seguidores de nuestras fotografías esperaban a ver quién era el realizador de la mejor imagen del evento, pues era la idea crear una competencia, pero con Claudio nos reímos y seguimos adelante con la idea de acoplar de tal manera nuestro trabajo, que si no fuera por la firma, nadie sabría qué foto pertenecía a cada cual; y creanme que funcionó varias veces, jaja.

Crédito: Claudio Olguín
Después de haber estado ocho años continuos en las bicicletas, se creó un declive total en mis ganas de ser corresponsal de guerra y mis nuevas ideas estaban centradas en aprender a movilizarse mediante la bici en el cerro. Por años mi principal motor ha sido caminar los senderos y a lo largo del tiempo, fui mejorando increíblemente mi rapidez y agilidad, pero quería avanzar más. Lo que se tradujo en tener mi primera bici de mountainbike y querer aprender; y lo he hecho pero aún me da cierto temor, ya que descender en el cerro es una tarea larga, pero ya llegaremos!!

Crédito: Claudio Olguín

Crédito: Claudio Olguín
Han sido diez largos años de aprendizaje y trayectoria en la fotografía en general; he caminado en el área de prensa por mi práctica y colaboración con el Mercurio. He conocido la emoción a flor de piel en cada matrimonio y sesiones familiares. He disfrutado de los deportes en general a lo largo de estos años y sin duda, me he especializado en lo que corresponde a las bicis.
«He visto el lado más positivo y también el más negativo de este rubro deportivo. He logrado sobrellevar ser la única fotógrafa en la abundancia de testosterona; he visto como prefieren abrir camino más fácil a otros hombres, he aguantado el ninguneo de los que creen que ciertas cosas no puedo hacerlas por ser mujer y he visto como prefieren poner créditos de mi novio, aun sabiendo que las imágenes son mías».
Camila Caniumil
He visto el lado más positivo y también el más negativo de este rubro deportivo. He logrado sobrellevar ser la única fotógrafa en la abundancia de testosterona; he visto como prefieren abrir camino más fácil a otros hombres, he aguantado el ninguneo de los que creen que ciertas cosas no puedo hacerlas por ser mujer y he visto como prefieren poner créditos de mi novio, aun sabiendo que las imágenes son mías. Pero también he visto como me han tendido la mano y me han dado un espacio para respetar mi trabajo, así mismo personas que llevan felices una fotografía de mi autoría, también como productoras creen que las mujeres en el mundo deportivo podemos hacer grandes cosas y así… Ha sido una larga travesía de justicias e injusticias, pero sin duda las nuevas generaciones ayudarán a cambiar esto.
Si me preguntan si quisiera cambiar algo, les puedo responder que sí. Quisiera que en las bicis reinará la equidad, que hubieran más espacios femeninos pero debo decir que también espero esto se replique en las fotos. El mundo deportivo no es sólo masculino y para que eso se note deben existir espacios para nuestro desarrollo, para que las nuevas fotógrafas tengan un lugar que crea en ellas y no las limite a ciertas actividades porque parecen no ser ganadas solo por el hecho de ser mujer. Porque en síntesis las mujeres también tenemos fuerza, ganas, garra y si tú quieres conocerlo, debes abrir espacio para eso.
Espero que en diez años más sean muchísimas las chicas en las bicis y en la foto, que compartamos este espacio gigante de crecimiento y que siempre sea desde el respeto y la comunicación de buena manera. Porque ojo, quien crece solo en busca del renombre, a costa de mutilar nuestro oficio, es muy fácil que no prospere por largos años.

Crédito: Claudio Olguín
Y si me preguntan cuál es el impacto de la bici en mi vida, debo contestar que lo ha cambiado todo para bien. Siempre he sido una persona muy sentimental y sentir tan empíricamente la libertad, ha sido lo más lindo del mundo. Aprendí a estimar kilómetros por mis pedaleos en Gravel, he entendido cómo respirar mejor para poder disfrutar un paisaje que se encuentra más lejos de lo común, también a agudizar mis sentidos para entender los ruidos de las calles y los de tranquilidad. Sin duda he disfrutado esta guarnición que venía con Claudio y espero no dejarla nunca, porque la bicicleta no solo mueve el cuerpo sino también el corazón.

Crédito: Claudio Olguín

Crédito: Claudio Olguín
Bravissimo!!!
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